Me desvelo con el llanto sin objeto, torrencial y hermoso de Sofía Loren en una estación, un pueblo ruso (Los Girasoles, Vittorio de Sica, 1969). A mis insomnios les van bien las bandas sonoras de Mancini. El llanto de Sofía. A mis insomnios les va bien todo menos yo. Les doy zumo de naranja y rosquillas, un par de cigarrillos quizá. Y ahora que ya no lluevo por dentro, que dejo atrás la primavera de mi descontento y sus usos, pienso que la naturaleza es cruel con sus hijos más dilectos. Mientras le miro el ombligo a mi insomnio, le tapo con una mantita y espero que parta el tren.
Hoy que es mañana, he cumplido con la asignatura del llanto.
Aquí la tienen, es ésta:
Hoy que es mañana, he cumplido con la asignatura del llanto.
Aquí la tienen, es ésta: